Los modelos históricos de Vespa (I). La Vespa PX

Entre finales de los 70 y principios de los 80, el panorama político y económico, bastante inestable, impacta en el mercado internacional de motocicletas. En este escenario, Piaggio se destaca como el principal fabricante europeo de scooters, compitiendo con las marcas más reconocidas, especialmente las japonesas. La empresa enfrenta un mundo productivo que ha evolucionado basado en dos conceptos clave: uno, la idea de “sistema”, que busca integrar de manera flexible e interactiva distintos componentes (materiales, técnicas de producción, organización, comunicación, economía, marketing) en la fase de diseño, reestructurando el entorno productivo; y el otro, abordar la relación entre el ser humano y la máquina, no solo en términos ergonómicos, sino también dando prioridad a la mecánica y la electrónica. El diseño del producto se enriquece con componentes cada vez más compactos, simplificando las “complicaciones técnicas” y enfocándolas en valores estéticos, emocionales y de comunicación.
Durante esta época, productos como las máquinas de escribir automáticas Olivetti, la Logos 42 diseñada en 1977 por Mario Bellini, y otros como electrodomésticos de cocina, herramientas de trabajo, y automóviles como el Alfetta o el Panda de Giorgetto Giugiaro, destacan por sus formas cuadradas y angulares, en línea con las tendencias de diseño de la época. En este contexto, el 19 de octubre de 1977, Piaggio lanza la “Nuova Linea” PX, un scooter creado para la nueva generación de yuppies.
Esta serie incluye dos tipos de motor: el de 125 cc (P125X) y el de 200 cc (P200E con encendido electrónico), a los que pronto se sumará uno de 150 cc. La línea del PX es imponente, elegantemente sobria, con un diseño renovado que mantiene la esencia de Vespa. Los cambios más notables incluyen la forma cuadrada de los cofres laterales, cinco centímetros más estrechos, con una curva longitudinal que se cierra en la parte inferior hacia la rueda. Estos cofres, que son desmontables como en la 160 GS de 1962, están preparados para incluir intermitentes.
La parte trasera del bastidor, también de forma cuadrada, es más alta, eliminando la terminación “en pico” de los modelos anteriores; debajo, un pequeño guardabarros de plástico negro protege de las salpicaduras, añadiendo un toque moderno. En la parte delantera, destaca el guardabarros ancho y cuadrado, que equilibra los volúmenes del grupo trasero, y un alto escudo con una franja central en relieve que se curva para mejorar la aerodinámica y la estética. La guantera, con más capacidad que en versiones anteriores, no compromete el espacio del hueco central.
La carrocería, de chapa de 15/10 mm y 17 kg de peso, se fabrica con nuevos sistemas de electroforesis, donde el tratamiento electrostático de la chapa garantiza su protección con técnicas automatizadas de pintura de alta tecnología. Aunque los mandos siguen siendo los mismos, el manillar es ligeramente más alto para permitir una postura más ergonómica al conducir. La parte superior, de plástico y fácil de desmontar, alberga un cuentakilómetros circular, junto a dos indicadores y la llave de contacto.
El modelo 125 incluye un motor monocilíndrico de dos tiempos con distribución rotativa, similar al de la ET3; alcanza una velocidad máxima de 95 km/h y tiene un consumo medio de 2,17 litros por cada 100 km, con una capacidad de depósito de 8 litros. La instalación eléctrica genera 12 V – 80 W en las versiones con intermitentes.
La gran innovación técnica es el montaje del amortiguador telehidráulico, que no solo reduce drásticamente el hundimiento del tren delantero al frenar, sino que también permite un mayor recorrido. La inclinación del tubo de dirección se mantiene en 25 grados, pero la carrera aumenta de 70 a 78 mm, mejorando la estabilidad en carretera. La PX se convierte así en el modelo de Vespa más longevo.
El rediseño se centra principalmente en la parte trasera, con líneas cuadradas y cofres laterales menos voluminosos, que incluyen una franja ligeramente hundida para alojar los intermitentes, un opcional esencial para muchos. Destaca también la rejilla con el logotipo de Piaggio en la parte frontal del scooter, protegiendo el claxon.
El cofre del motor, al igual que el del lado izquierdo, se bloquea en posición con un gancho especial con resorte. En la parte frontal, el guardabarros es más alto debido al nuevo sistema de suspensión; el escudo lleva una franja central en armonía con el diseño del vehículo.
El aspecto general del PX es más robusto y compacto, con costados más estrechos y dimensiones más grandes que, expresadas en milímetros, son: longitud (760), altura del asiento (810), altura del manillar (980), ancho del escudo (415), y ancho máximo (670).
El nuevo cuentakilómetros es fácil de leer, incluso de noche, y bastante preciso, aunque carece de contador parcial. Junto a él están el indicador de luces, otro para accesorios adicionales y la llave de contacto de dos posiciones.
El scooter tiene una notable maniobrabilidad gracias al mayor espacio de la carrocería. El asiento, de poliuretano expandido, ofrece una postura ergonómicamente correcta, lo que también asegura mayor comodidad para el pasajero.
La suspensión trasera está alineada con la delantera, con una carrera de 80 mm. La suspensión delantera adopta un amortiguador telehidráulico acoplado al sistema de freno, lo que evita el hundimiento al frenar y permite un recorrido mayor (91 frente a 70 mm). La nueva forma del guardabarros delantero complementa la parte inferior del escudo, característica de la primera serie de la PX.
El pulsador para abrir el asiento tiene una cerradura con llave. El piloto trasero, a pesar de no tener batería, mantiene una intensidad constante gracias a reguladores electrónicos. Los mandos en el manillar se mantienen sin cambios, y los componentes electrónicos están agrupados en una nueva caja de plástico. Un detalle a destacar es el tamaño de la portezuela con cerradura de la guantera, y el vehículo viene con tres llaves distintas.


Vespa, la historia de un estilo de vida

Introducción
Cuando preguntas por la marca Vespa, muchos la relacionan con un simple scooter. Sin embargo, es mucho más que eso, es un icono de libertad, estilo y representó un giro para la industria de la moto. Ha supuesto un cambio muy importante después la posguerra en Italia, elevando el concepto de transporte a un estilo de vida que cambió la cultura del país. Para los amantes de las motocicletas, Vespa supone una mezcla de elegancia, innovación y practicidad. Desde BELTRAN MOTOS, queremos que recorráis otro viaje con nosotros donde veremos los pasos que ha dado Vespa desde sus primeros modelos hasta la situación actual a la que ha llegado y que le ha convertido en un símbolo reconocido en todo el mundo.

Los primeros pasos de Vespa
Hasta 1946, la empresa Piaggio solo se encargaba de la producción de aviones, y tomó la decisión de fabricar un vehículo ligero, económico y práctico para crear una vía de transporte útil para una Europa azotada por la guerra. Fue el ingeniero aeronáutico Corradino D'Ascanio la persona que diseñó el primer scooter compacto, que contaba con una carrocería metálica que protegía al conductor del barro y el polvo de la carretera. De esta manera nació la Vespa 98cc, el primer modelo que fue conocido en el mundo.
Este scooter tenía tres principales ventajas: era un vehículo innovador en cuanto al diseño se refiere y tanto su uso como su mantenimiento eran sencillos. La Vespa 98cc se convirtió en un éxito inmediato, y su popularidad creció rápidamente en toda Italia. Su nombre, que en italiano significa "avispa", hace referencia al sonido que realiza el motor de origen y a su apariencia física.

Los años 50 y 60. La expansión internacional
En la década de 1950, Vespa empezó a hacerse famoso entre el público motero de todo el mundo, empezando a verse sus vehículos en diferentes puntos alejados de Italia. En 1953, se empezó a comercializar la Vespa 125 U, un modelo que, aunque mantenía la esencia del original, incluía mejoras tanto en el motor como en el chasis, dándole un aspecto más atractivo para el público en general. De esta manera, países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Alamania y Francia pudieron consolidar la presencia de Vespa en sus territorios y hacerlas un icono entre la juventud.
En 1955 aparece uno de los modelos más aclamados de su historia, la Vespa GS 150 , considerada por los más entendidos como la primera "gran turismo" de la marca italiana. Además de un diseño más sofisticado, poseía un motor de 150 cc, alcanzaba los 100 km/h. Así, esta moto se puso tan de moda que empezó a aparecer en cine, revistas de moda y anuncios publicitarios en todo el mundo.
En los años 60, Vespa amplió su gama de motos e introdujo la Vespa 150 Super Sport (SS), en 1965. Este modelo ofrecía una mayor potencia de motor y físicamente tenía un aspecto mejorado, lo que consolidó la marca de Vespa como referente en el mercado de la motocicleta.

Los años 70 y 80. El boom
Uno de los mayores atractivos de la Vespa ha sido su diseño exclusivo. Las décadas de los 70 y los 80 fueron años la innovación fue constante y la incorporación de la tecnología respondía al gusto de los clientes. En 1969, la Vespa 50 Special fue uno de los modelos más reclamados por la juventud, caracterizada por un motor de 50cc que no precisaba de licencias de moto en muchos países.
Además, otro de los modelos célebres de la época fue la Vespa Primavera, de 1968, cuyo motor de 125cc permitía una mezcla ideal de potencia, ligereza y agilidad en la carretera. Sin duda alguna, se convirtió en el modelo más aclamado por toda la generación y hoy en día es apreciado por numerosos coleccionistas. Hoy en día, la marca italiana sigue lanzando modelos con el nombre Primavera, aprovechando el tirón comercial sostenido en el tiempo.
Más adelante, otro de los legendarios modelos saldría a la venta, la Vespa PX , con diferentes motores (125, 150 y 200c), y que ha sido comercializado durante más de 30 años, llegando a ser uno de los vehículos más vendidos y longevos de la marca italiana. Poseía un diseño clásico, incorporaba avances tecnológicos como el arranque eléctrico y el freno de disco delantero, y fue un éxito entre las masas.

Años 90 y 2000. Una mezcla de lo clásico y lo vanguardista
Después de unos años, durante la década de los 80, donde la economía no permitió un crecimiento notable, surgieron numerosos modelos de scooters que combinaban detalles de las Vespas más clásicas y que a la vez añadían factores tecnológicos modernos. Se lanzaron las Vespas ET2 y ET4 en 1996, que fueron los primeros vehículos de la empresa que incluían motores de 4 tiempos, incrementando la eficiencia de combustible y disminuyendo las emisiones de gases contaminantes.
En 2005 llegaría la Vespa LX, un modelo inspirado en los clásicos de los años 60, pero con elementos modernos para la época como el arranque automático y una mejora en el sistema de frenado. Disponible en motores tanto de 50 como de 150cc, se confirmó como una de las referencias de los scooters del momento

Actualidad. Innovación y continuidad
Durante las dos primeras décadas, la marca italiana ha seguido incorporando la tecnología a sus vehículos, uniendo a sus diseños el cumplimiento de las políticas de sostenibilidad y la movilidad urbana. En 2008 se lanzó la Vespa GTS Super, que contaba con un motor de 300, y cuyo diseño, potencia y rendimiento lo convirtieron un éxito entre los scooters de los primeros años de siglo.
Por último, Vespa ha apostado por el mercado eléctrico, introduciéndose en el mercado gracias a Vespa Elettrica en 2018, su primer modelo 100% eléctrico. Un ejemplo claro de la inversión en innovación y sostenibilidad en el mercado, con la continuidad de los diseños más clásicos y la garantía de la experiencia de la conducción que ha perdurado en el tiempo. Un modelo que mezcla un motor silencioso y respetuoso con el medio ambiente con el estilo y el diseño que ha mantenido a Vespa entre las marcas más destacadas de la industria de la motocicleta.